Día Mundial de la Justicia Social: 20 de febrero
20 de febrero: Día Mundial de la Justicia Social. Esta fecha, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007, busca visibilizar la necesidad urgente de construir sociedades más equitativas, inclusivas y cohesionadas. El objetivo es claro: erradicar la pobreza, promover el empleo digno, garantizar la igualdad de género y asegurar el acceso al bienestar social sin discriminación.
Una llamada global que resuena con los principios de la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo. Para nosotros, esta jornada no es solo una conmemoración institucional, sino un compromiso vivo que atraviesa cada uno de nuestros programas y proyectos. Desde la acción comunitaria hasta la educación inclusiva, trabajamos para que la justicia social sea una realidad tangible y cotidiana.
¿Qué es la justicia social?
La justicia social implica la distribución justa de los recursos, oportunidades y derechos en una sociedad. Va mucho más allá de la igualdad formal: se trata de eliminar las barreras estructurales que impiden a muchas personas alcanzar una vida digna y plena.
Este principio se concreta, por ejemplo, en una educación accesible para todos, en políticas laborales que garanticen salarios justos, o en sistemas de salud que cuiden a las personas sin importar su origen o nivel económico. La justicia social es, ante todo, una apuesta por la dignidad humana.
Una causa que atraviesa nuestros principios fundacionales
Desde sus inicios, la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo se ha guiado por un principio central: la dignidad de todas las personas debe ser reconocida, protegida y promovida. Por ello, nuestros principios fundacionales —equidad, solidaridad, salud comunitaria, educación transformadora y promoción de oportunidades— están estrechamente alineados con el espíritu del Día Mundial de la Justicia Social.
Alianza con Mensajeros de la Paz: multiplicando el impacto
En coherencia con nuestra visión estructural de la justicia social, en la Fundación apostamos por el trabajo colaborativo con entidades que comparten nuestro compromiso. Una muestra de ello es nuestro proyecto conjunto con Mensajeros de la Paz, centrado en la formación y dotación de habilidades laborales para permitirles su acceso al mercado laboral, precisamente en un sector tan demandado como es la atención a mayores y dependientes en centros socio-sanitarios.
Gracias a esta alianza, hemos desarrollado programas de apoyo integral que incluyen acompañamiento social, capacitación técnica y apoyo a la inserción laboral. Esta colaboración no sólo suma esfuerzos, sino que amplía horizontes de transformación para cientos de personas que merecen nuevas oportunidades.
La educación como eje de transformación
Creemos firmemente que la educación es una herramienta clave para romper ciclos de desigualdad. Por eso, en la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo desarrollamos iniciativas educativas con enfoque de equidad, dirigidas especialmente a jóvenes y comunidades en riesgo de exclusión.
Nuestros programas no sólo garantizan el acceso al aprendizaje, sino que fortalecen el pensamiento crítico, el liderazgo social y el respeto por la diversidad. De esta manera, contribuimos a formar ciudadanos activos capaces de construir sociedades más justas y participativas.
Más allá del asistencialismo
En nuestro trabajo diario, rechazamos el asistencialismo entendido como una solución temporal y unilateral. En su lugar, promovemos una transformación estructural, donde las personas se reconozcan como agentes de cambio.
Una llamada para despertar la conciencia colectiva
En un mundo marcado por la desigualdad, la injusticia social no puede combatirse desde una única trinchera. Se necesita la acción coordinada de organizaciones, instituciones públicas y ciudadanía para garantizar derechos, redistribuir oportunidades y construir cohesión social.Este 20 de febrero, desde la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo lanzamos una invitación clara: reflexionar, sí, pero también actuar. Porque la justicia social se construye con el compromiso y la constancia de todos.
Este 20 de febrero, desde la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo hacemos un llamado claro: reflexionar, sí, pero sobre todo actuar. Porque la justicia social no se declama, se construye día a día, con compromiso, constancia y colaboración. No es una aspiración abstracta, sino una responsabilidad colectiva que exige acción sostenida y visión a largo plazo. Esta jornada representa para nosotros la oportunidad de renovar nuestro propósito: contribuir activamente a una sociedad en la que todas las personas tengan la posibilidad real de desarrollarse en libertad, con dignidad y en condiciones de igualdad.



