Trabajando en su legado
Trabajando en su legado, esta es la única forma en la que podemos rendir homenaje a nuestro fundador en el cuarto aniversario de su fallecimiento. El Padre Miguel Ángel decidió, con 17 años, marcharse a Brasil y dedicar su vida a los demás. Hoy, su legado perdura en los corazones de aquellos que fueron tocados por su generosidad y dedicación incansable a los demás. Nuestro fundador falleció, un día como hoy, en 2020, en Brasil, el país al que él convirtió su hogar.
Fue en Brasil donde cursó sus estudios para ordenarse como sacerdote, en la Compañía de Jesús. Compaginando sus estudios con el oficio de soldador, trabajó para dignificar las condiciones de vida de los más desfavorecidos y permitirles el acceso a la educación.
Todos los jóvenes de Lindeia conocen al Padre Miguel
Aunque tuvo varios destinos en los que desempeñó su trabajo, Lindeia ubicado a las afueras de Belo Horizonte, es dónde se concentra la mayor parte de su legado. Allí fue donde creó su comunidad, donde construyó la iglesia y donde construyó Açao Social Técnica. Desde 1979, La Escuela Tio Beijo forma a más de mil jóvenes, hombres y mujeres, en competencias profesionales acordes con el mercado laboral d ela región.
Un centro educativo en el que no hay cerraduras, porque toda la comunidad de Lindeia asume que es de ellos y para ellos. Muchos de los padres de los alumnos que hoy acuden a las aulas también se formaron para conseguir un trabajo. Y aún más, muchos de ellos poseen estudios universitarios porque el Padre Miguel consiguió un autobús destartalado para llevarles a otro colegio fuera de la barriada.
Desde la promoción de la educación hasta el apoyo a comunidades marginadas, el Padre Miguel Ángel dedicó su vida a servir a los menos privilegiados, dejando un legado de esperanza y solidaridad que continúa inspirando a quienes lo conocieron y a quienes siguen su ejemplo en la búsqueda de un mundo más justo y compasivo.
Desde nuestra Fundación trabajamos con el mismo ímpetu que el Padre Miguel, para seguir proporcionando a los más desfavorecidos el acceso a la educación. Porque, tal y como nos enseñó nuestro fundador, es la mejor herramienta para erradicar la pobreza.