Hoy es el Día Mundial del Refugiado
Hoy es el Día Mundial del Refugiado y como cada 20 de junio, Naciones Unidas conmemora esta fecha para visibilizar el drama que viven millones de personas forzadas a huir. Estas personas dejan atrás sus hogares a causa de conflictos, violencia o persecución. Pero este día va más allá de la denuncia. Es también una llamada a la acción. Nos invita a construir oportunidades para quienes lo han perdido todo.
En la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo, este compromiso se traduce en una labor concreta: brindar formación profesional, apoyo educativo y desarrollo moral y social a colectivos vulnerables. Nuestros valores —solidaridad, dignidad y acogida— encajan con las necesidades de las personas refugiadas.
Una realidad que no deja de crecer
Según datos recientes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2024 el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo superó los 122 millones, lo que representa un nuevo récord histórico. De ellos, más de 42 millones son refugiados reconocidos, y alrededor del 70 % vive en países en desarrollo, en condiciones que muchas veces no garantizan una vida digna ni acceso a derechos básicos como la educación o la atención sanitaria.
Estos datos no sólo interpelan a los gobiernos, sino también a las organizaciones sociales, educativas y comunitarias. Porque más allá de los desplazamientos, las personas refugiadas tienen sueños, capacidades y una enorme voluntad de reconstruir su vida, siempre que encuentren apoyo y oportunidades reales.
Educación, base para la reconstrucción
En la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo creemos firmemente que la educación es una herramienta esencial de transformación social. Desde 1985, nuestra labor se ha enfocado en formar y acompañar a jóvenes sin recursos, apostando por una intervención integral que combine formación profesional, fortalecimiento de valores y mejora de la empleabilidad.
En este sentido, las personas refugiadas representan uno de los colectivos que más se beneficiarían de este enfoque, especialmente los jóvenes. La mayoría ha visto interrumpido su proceso educativo y necesita apoyo no sólo académico, sino también humano y emocional. Por ello, proponemos reflexionar —en esta fecha tan significativa— sobre cómo nuestras metodologías podrían adaptarse y ampliarse para incluir a personas desplazadas en España o en nuestras colaboraciones internacionales.
Un enfoque desde nuestros valores fundacionales
En lugar de limitarse a una respuesta puntual, la Fundación Miguel Ángel Elosúa Rojo apuesta por una transformación sostenida que comienza con la formación, el acompañamiento y el reconocimiento de la dignidad humana. Por eso, más allá del simbolismo del 20 de junio, trabajamos para que nuestros proyectos puedan adaptarse e incorporar también a personas refugiadas, especialmente jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Esto implica seguir fomentando espacios educativos inclusivos, ampliar el alcance de nuestras iniciativas formativas y reforzar la dimensión moral y social de nuestra intervención. Acompañar a quienes han perdido su hogar no sólo requiere recursos, sino también empatía, escucha activa y una comunidad dispuesta a ofrecer segundas oportunidades. Desde nuestra experiencia, sabemos que cuando se invierte en el ser humano, se multiplica el impacto colectivo.
Una oportunidad para sumar
El Día Mundial del Refugiado no debe ser sólo una efeméride. Es una oportunidad para que instituciones como la nuestra refuercen su compromiso con los valores humanos universales. Porque si bien no podemos cambiar el mundo de un día para otro, sí podemos transformar la vida de una persona, y eso ya es una victoria.
En este contexto, te invitamos a colaborar con nosotros. Puedes contribuir a través de donaciones, o difundiendo este mensaje. Juntos, podemos construir un entorno más justo, donde nadie sea excluido por haber tenido que huir de su hogar.