Dos referentes para su comunidad
Dos referentes para su comunidad, eso fueron el Padre Miguel y el Tío Beijo, dos grandes amigos que trabajaron por el bien de su comunidad. Nuestro fundador llegó a Brasil siendo muy joven, incluso sin haber realizado sus estudios para ordenarse como sacerdote.
Lindeia, una barriada situada a las afueras de Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, fue su primer destino. Allí comenzó a trabajar como soldador mientras estudiaba, sin que sus compañeros de trabajo lo supieran. Fueron ellos los que le enseñaron el oficio, y ellos serían los que se convertirían en sus amigos y su familia brasileña durante los próximos setenta años.
Comienza su misión pastoral
Ya ordenado sacerdote, el Padre Miguel se sentía cómodo en Lindeia y comenzó su labor pastoral allí. Uno de sus primeros objetivos, construir una iglesia donde poder celebrar la eucaristía, pero también y un espacio de encuentro. Allí encontró el apoyo de todos los vecinos que, manos a la obra construyeron su propia iglesia.
Allí observó que muchos niños de Lindeia no podían acudir a la escuela porque los colegios se ubicaban en otros barrios lejanos de sus hogares. El Padre Miguel consiguió un autobús y hizo realidad los sueños de muchos niños que hoy le recuerdan como «el ángel» que les permitió estudiar y cambiar sus vidas.
Dos referentes para su comunidad
El Padre Miguel pronto hizo amigos entre los vecinos de Lindeia, pero muy pronto entabló una gran amistad con el que sería uno de sus mejores amigos durante toda su vida, el Tio Beijo, un vecino muy respetado por todos, por la sabiduría y la templanza que aporta la edad y la experiencia.
Ellos dos trabajaron para conseguir todas aquellas carencias que existían en Lindeia. Ellos dos contribuyeron a crear el sentimiento de orgullo y pertenencia a la comunidad. Ellos dos vivieron por y para construir un mundo más justo.
Tras su muerte, ninguno de ellos ha sido olvidado. Ahora que una escuela del barrio ha utilizado una de sus paredes para dibujar y recordar al Padre Miguel y al Tio Beijo.
La escuela se ha convertido en lugar de peregrinación de todos los vecinos que recuerdan a estos dos hombres, cuyas acciones permanecen en la memoria colectiva de quienes les conocieron y de aquellos que, aún sin conocerles, saben de su historia y de lo mucho que hicieron por todos.
Açao Social Técnica, el mejor legado
Recientemente hemos tenido el honor de recibir en España a Lirio, gerente del centro de formación profesional Açao Social Técnica Escuela Tio Beijo. Y tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano que cada año se forman más de mil jóvenes y que las propias empresas de la región acuden al centro a solicitar trabajadores cualificados.
Sin duda, una muestra más de que la memoria de estos dos hombres, estos dos grandes amigos, sigue viva.